ELSA IN BLUE: Abrir los oídos

Publicado: jueves 24 de septiembre por ELSA CORTÉS AZNAR

summer

Cada día me doy más cuenta de lo complicado que es ser diferente. Sobrellevar el tener Asperger a veces es difícil. Y no lo es por el hecho de que tengas Asperger o dejes de tenerlo (yo acepto que lo tengo y estoy feliz con él), sino porque tienes que ocultarlo, día a día. Y me podrás decir que si realmente me diese igual lo que la gente piense de mi Asperger, no lo ocultaría. Pero el caso es que, que me dé igual lo que piensen de mí es perfectamente compatible con ocultarlo. Al haber sufrido bullying ya arrastras una herida. Por mucho que esa herida se vaya curando, a veces se abre y no se termina de curar del todo. Nadie quiere sentirse raro. Nadie quiere sentirse vulnerable. Nadie quiere sentirse juzgado, que le digan lo que hacen mal. Nadie quiere eso porque si eso ocurre, la autoestima baja y podemos terminar mirándonos al espejo diciéndonos lo feos que somos. La humanidad es así. Nos gusta que nos digan lo que hacemos bien, para tener apoyo social y no sentirnos solos. El caso es que solo estás siempre. Tú eres la persona que vive tu vida, y quien la puede crear. Quien te diga lo que haces mal, será desde su punto de vista. Tú tienes que crearte la tuya y actuar en función de tu criterio. Confiar en ti mismo, porque confiar plenamente en el otro… No es justo, porque puede que llegue un día que ocurra lo que no querías que ocurriese.

Yo oculto mi Asperger y salgo a la calle camuflándome, pero sigo sin entender nada. Sigo sin sentirme encajada. O sea, sí, lo hago, vale. He encontrado mi hueco en el mundo y me siento mucho mejor que antes. Pero, no entiendo que la gente exija. No entiendo que la gente manipule. No entiendo que la gente negocie y chantajee. No entiendo que la gente no pueda decir la verdad a veces. No entiendo que la gente cambie de tono al hablar. Pero sí que entiendo que la gente salga a la calle con una máscara social. Al final, todos lo hacemos. Y eso es así porque mostrar nuestra vulnerabilidad es mostrar mucho. Llorar parece que es algo malo, cuando es lo que más te llega a conectar con tus emociones, y lo que más te hace crecer, conocerte, y crearte tu ideología y tus principios. Si ya es difícil aceptar nuestra vulnerabilidad, una vez lo hacemos, nos sigue costando mostrarla al exterior. Nos da miedo que no lo lleguen a aceptar.

Y eso me está pasando. Me da miedo, muchísimo. Es muy fácil hablar. Es muy fácil decir “no pasa nada por tener Asperger”. “No pasa nada, te vamos a entender.” “No pasa nada, quien no se quiera acercar, él se lo pierde.” ¿De verdad me vais a entender? ¿De verdad habrá alguien que se quiera acercar después de lo que hay? No sé, todo el mundo es vulnerable. Todo el mundo tiene miedo. Y en ese sentido, me siento una más. Realmente soy una más. Pero, ¿quién lo acabará entendiendo de verdad? ¿Quién acabará entendiendo que el bullying y el diagnóstico pueden ser cosas que pueden cambiar tu vida en positivo, pero que también dejan huella? Te autoconoces… Pero te asustas, porque si se lo muestras a la gente y no lo llegan a aceptar, te replantearás si lo que tú estás aceptando de ti te hace bien. La humanidad es así. Necesitamos apoyo social. Y aunque lo tengamos, seguimos solos contra nuestra vida. Pero el estar con otra gente hace que nos evadamos de esa soledad que siempre habrá.

La vulnerabilidad, existe. Es positiva, si sabemos entenderla. Pero, ¿quién va a atreverse a escuchar y entender la vulnerabilidad de la otra persona? Eso es lo que realmente no entiendo de la sociedad, que no sea capaz de abrir los oídos y exponerse al miedo de muchos: mostrar su yo verdadero. Y es que siempre decimos abrir los ojos, pero lo que hay que abrir, son los oídos. De qué me sirve que me vean si no me escuchan.

 

#TEAconA

#TodoSaldráBien

#¡FelizOtoño!